Por otra parte, al procesar el pasto, las vacas producen metano, un gas de efecto invernadero muy poderoso que puede producir calentamiento global cuatro veces más rápido que el CO2. Aunque no es visible al ojo humano, este se libera constantemente, y no estamos hablando solo del ganado de Coronado, sino del de todo el planeta, el cual se sabe que para carne y leche, ocupa el terreno equivalente a una tercera parte de nuestra Tierra.
Los humanos ya somos muchos y no podemos darnos el lujo de obviar contaminación cuando se trata de producción de alimentos, es un asunto de sostenibilidad: Seguir produciendo como se hace actualmente ya no es sostenible. Tarde o temprano tenemos que cambiar estos procesos altamente contaminadores por otros más benévolos con el ambiente, o sufrir las consecuencias de nuestra irresponsabilidad con el planeta.
La leche de origen vegetal (soya, coco y almendra, por ejemplo), aunque produce desechos, debido a su naturaleza, son más fáciles de procesar que los de la leche de vaca. Una ventaja diferenciadora en su sistema de producción es que cualquier producto de origen agrícola, por naturaleza, captura CO2 atmosférico, a diferencia de los procesos de origen animal, que por el contrario liberan CO2, aspecto que en la actualidad nadie controla como se debe. Aunque mucha gente no tiene clara esta diferencia, la producción agrícola beneficia al ambiente y ayuda a reducir el calentamiento global, mientras la producción pecuaria lo perjudica.
Si tiene la opción, elimine la leche de vaca de su dieta; con ello usted está haciendo un aporte muy importante a la reducción del cambio climático y la contaminación de aguas.
* Fundación Rocaverde para la Investigación Ambiental. Para comentarios o preguntas por favor llamar al 2292-6685 o escribir a Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.