Con la pandemia se incrementó lo que muchos pacientes externan como “comer por ansiedad”. Esta situación generó, en la mayoría de los casos, que las personas aumentaran de peso en el último año, pero ¿qué es comer por ansiedad?
La ansiedad es un estado involuntario de alerta de nuestro cuerpo como respuesta a diferentes estímulos, normalmente situaciones estresantes, que pueden ser externos como un trabajo pendiente o un perro que quiere atacarnos, o internos como nuestros pensamientos o preocupaciones por la pandemia, la incertidumbre económica, o la posibilidad de perder a un ser querido.
Por más pequeña, grande, real o irreal que parezca la situación, nuestro cerebro la va a tomar como un estado de alerta y, en su forma primitiva, está esperando salir corriendo o defenderse, ya que es para lo que está diseñado ante dicho estado. De ahí que la ansiedad provoca esa sensación de desasosiego o molestia generalizada. Algunas características de comer con ansiedad son:
Es muy importante que cuando sienta ansiedad se tome un momento para identificar lo que siente y respire profundo. También puede hablar con alguien de confianza o escribir lo que le preocupa. Externar el problema le puede ayudar a buscar una solución. Otras recomendaciones si siente ansiedad son:
Además, recuerde que mantener hábitos saludables puede hacer que esos “ataques” de comer por ansiedad sean cada vez menos, y que no lleguen a impactar negativamente su salud. Estos hábitos incluyen:
Dra Melissa Acuña
Nutricionista
8312-3318 WS
Hoy en día, la falta de comunicación genera conflictos que se pueden evitar con solo tener espacios para escuchar a los demás, para compartir criterios y entendernos. Cuando hablamos de escucha activa, nos referimos a la habilidad que tenemos de poner atención a los demás, a ese mensaje que nos comunican cuando buscan la oportunidad de expresarnos lo que piensan y sienten, poniéndonos en el lugar de la otra persona.
Muchos de nosotros oímos lo que nos expresan, pero no escuchamos realmente las palabras de los demás. Tengamos presente que oír es percibir el sonido solamente, pero escuchar va más allá porque implica paciencia, compromiso, respeto, esfuerzo, empatía, disposición, atención, además de tener presente el lenguaje no verbal, ya que este puede decir más de lo que pensamos y lastimar los sentimientos de quien nos está expresando sus ideas y emociones.
Cuando mostramos una escucha activa mantenemos contacto visual con los demás, una sonrisa que transmite motivación e interés por lo que están hablando, una postura de respeto donde no se evidencie distracción, molestia o aburrimiento.
Es importante que, cuando estemos escuchando a otra persona, evitemos juzgar, minimizar lo que nos cuentan, interrumpir a quien nos habla, imponer nuestras ideas, mostrar actitud de aburrimiento, distracción o desinterés, ya que la persona está acercándose por confianza, porque requiere apoyo y necesita hablar.
Si no tenemos la habilidad de escuchar a las personas, pero queremos hacer nuestro esfuerzo para mejorar, busquemos alternativas que nos orienten. Veamos algunos consejos.
Licda. Carolina Blanco Vargas
Psicóloga. Para consultas: 8846-7110
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Retornan las actividades culturales en este popular Café.
Pretenden armar un equipo competitivo que participe en la segunda división, entre otras cosas.