Me comentaron de la Asopamcoro y mandé un mensaje en donde me indicaron que “en tal fecha había una actividad”; de una vez apunté a mi papá sin comentarle nada. El día antes de esa actividad le dije, mañana se alista porque va para un lugar. A regañadientes logré sacarlo de la casa, y al regresar, él me contó que fue muy bonito; entonces siguió asistiendo y poco a poco fue cambiando su forma de ser y su aspecto físico.
Hace un mes tuvo que superar una prueba de salud, cuya primera parte culminó con éxito. Luego de ser autorizado para volver a las actividades, no lo dudó y se matriculó en un paseo a Jacó de la Asopamcoro, en donde volvió a tener paz y felicidad, luego de un mes tan estresante y tedioso. Ese día le hicieron un homenaje de bienvenida, no se lo esperaba jamás y se sorprendió mucho al ver que tantas personas lo aprecian. Así volvió José nuevamente a seguir con su bella familia de asociados y asociadas. Si no hubiese sido por este grupo y familiares que estuvieron con él, no estaría yo contando lo de este relato.
Es por eso que se les invita a las personas de más de 50 años, deseosas de una segunda familia, a unirse a esta Asociación. ¡No se arrepentirán!
La vida de don José Uribe cambió tras integrarse a la Familia de Asopamcoro. Acá en un paseo en Guápiles.
Don José y su hijo Marco, disfrutando durante el paseo a Jacó.